jueves, 19 de julio de 2018

AYUNAR PARA CURAR II

Y siguiendo el hilo de la entrada anterior, podéis verla AQUÍ, sobre ayunar para curar

Lo mejor sería que actuase la natural fuerza vital, si fuera posible, por sí sola, esta fuerza, fue conocida con el nombre de «vis medicatrix naturae»

En el siglo XVII, el físico Paracelso llamó al ayuno «el gran remedio»

El ayuno sólo con agua, se basa en que el cuerpo se debe nutrir de sus propias reservas solamente bebiendo agua, ya que no «deja de comer», sólo transforma el uso de los alimentos, orientando su propia energía hacia la curación, repito, el cuerpo de dejará de alimentarse, ya que se alimenta de las reservas que tiene el mismo, es como si tuviera el plato incorporado

ayunar para curar

Los términos: inanición y ayuno se utilizan a menudo como sinónimos, siendo un gran error, ya que existe mucha diferencia entre estos dos métodos:

El AYUNO empieza cuando dejamos de comer una comida y se acaba, y cuando se usan las reservas de nuestros nutrientes que hemos almacenado durante años en nuestro cuerpo. Cuando nuestro cuerpo deja de tener reservas para que pueda auto alimentarse, se acaba el ayuno y empieza la inanición.

Durante las primeras horas en que realizamos el ayuno el cuerpo usa el azúcar (glucosa) que va por sangre y es almacenado en nuestros músculos y en nuestro hígado formando el glucógeno, por así decirlo, «almidón animal».

Más tarde el cuerpo transformará sus reservas de grasa primero y después las proteínas

La INANICION se produce, sólo cuando las existencias se agotan, y entonces el cuerpo empieza a digerir los órganos y las partes más vitales. Siendo la inanición un proceso totalmente distinto al ayuno. Aunque esto no suele ocurrir hasta haber transcurrido unas 5 semanas o más, esto dependerá de las reservas que tenga el propio cuerpo

Si transcurrido el periodo de ayuno y entrando en el de la inanición, pueden aparecer trastornos, que pueden ser, más o menos graves en los órganos más importantes. Los primeros síntomas de la inanición es la BAJA DE LA TEMPERATURA CORPORAL

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En resumen, el ayuno empieza cuando se deja de comer y termina, quizás antes, cuando se agotan las reservas de nuestro organismo; la inanición, sin embargo, empieza cuando el ayuno acaba y puede terminar con la muerte. El cuerpo se cura cuando practica el ayuno, aunque enferma y puede morir con la inanición.

El ayuno, suele ser un momento de supresión o limpieza interior. El cuerpo o tu propio organismo te está indicando que no es el momento para comer alimento, sino que es hora de suprimir las sustancias de desecho y los restos tóxicos que se han ido acumulando a lo largo del tiempo

Se puede decir que hacemos una puesta a punto de nuestro cuerpo, o mejor dicho “cerramos por inventario” o “cerramos por reparaciones».

El ayuno no es algo nuevo. Los niños suelen dejar de comer cuando están enfermos, a menudo sabemos que les pasa algo cuando dejan de comer, al igual que pasa con los animales. Ellos que son guiados por su propio instinto corporal o la inteligencia interna llegando el organismo a canalizar sus propias energías en eliminar todo aquello tóxico o de deshecho y dejando de comer. En este punto el comer no es lo más importante, sino ser capaz de autorregularse, auto-curarse y desintoxicarse el cuerpo y para ello desparecen las ganas de comer.

La auto-curación suele ser un proceso biológico y el ayuno hace posible que nuestro cuerpo arranque todos estos procesos de regeneración, limpieza y desintoxicación.

El ayuno no cura, es el cuerpo que lo hace mientras ayunamos.

El organismo tiene el poder de curación como algo innato, y ningún medicamento o médico puede colgarse las medallas de la curación. Todo ser vivo tiene la cualidad de auto curarse, que tiene él mismo la capacidad de curarse y regenerarse que tiene la propia naturaleza.

Cuando se ayuna no gastamos energía con la digestión y en la absorción de nutrientes, así que los órganos y las células pueden descansar. Siendo la energía que ahorramos en este proceso usada para los procesos de auto-curación y eliminación.

En el ayuno no es el momento de comer, sino de regenerar, eliminar y renovar.

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Todo esto se hace con la ayuda de la inteligencia del cuerpo, es esa, la que hace que lata nuestro corazón día y noche, que filtren la sangre de desechos nuestros riñones, o que nuestro hígado tome lo que lo necesario para que reconstruya nuestro cuerpo y nuestras funciones y que neutralice las toxinas tomadas. Al no tener que realizar la digestión y absorber los alimentos, los órganos digestivos, hace que fluya la energía, hacia un proceso de curación. La inteligencia del cuerpo mueve el reparto energético del cuerpo y canaliza hacia zonas que debe desintoxicar y curar la energía canalizada.

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